Mujeres bellas, buena música, suites de lujo y playas de arena blanca en la isla que un día fue propiedad de Pablo Escobar. Esta fue la promesa de Billy McFarland y Ja Rule, organizadores del evento, para las dos semanas que supuestamente duraba el festival. Sin embargo, la realidad que vivieron al llegar a la isla de Great Exuma fue una pesadilla.
¿Qué tan complicado es vender una fantasía a los millennials? Parece que no tanto, porque después de recibir una convocatoria por medio de 400 influencers, entre ellos: Bella Hadid, Emily Ratajkowski y Alessandra Ambrosio, se animaron a gastar en entradas para el Fyer Festival que costaron entre 1,000 y 12,000 dólares.
Rol de los influencers
Pero, ¿a qué se debe el éxito en términos de marketing digital del Fyre Festival? Sin duda a los influencers. Después de su promoción que se limitó a ser un cuadrado naranja publicado en un inicio en el Instagram de Kendall Jenner.
No ofrecía mayor información sobre la logística. A pesar de ser un festival completamente nuevo, en menos de dos días se vendieron todas las entradas.
A la luz del Fyre Festival se puede identificar el nivel de responsabilidad que tienen los influencers en los productos que promocionan.
En este caso, ¿los influencers habían vivido la experiencia que publicaban? No, solo estaban cumpliendo con el compromiso que tenían después de recibir alrededor de 250,000 000 dólares por el post.
El marketing de influencia es una técnica de marketing digital que tiene el poder de venderte una realidad que no siempre existe. En términos generales, los influencers ni siquiera se aseguran de la calidad o verdadera existencia de lo que están promocionando: como fue el caso del Fyre Festival.
A pesar de no ser una labor como las que hemos estado acostumbrados, ser influencer en la actualidad genera significativos ingresos. Además, por la imagen que han construido en las redes sociales gozan de un alto nivel de confianza y credibilidad por parte de sus seguidores.
Nos surgen preguntas
Hablando en términos éticos, ¿los influencers deberían aclarar cuando sus publicaciones se tratan de publicidad? En este punto entra en discusión un aspecto que por tratarse de un tema bastante nuevo, en Ecuador aún no existe una ley que regule su trabajo.
Ser influencer va mucho más allá de sentirse cómodo frente a una cámara, de hacer pública tu vida cotidiana y compartir los productos que normalmente usas en tu diario vivir.
El secreto de los influencers es que han logrado humanizar las marcas y sin duda, así se vende mejor un producto o servicio.
Pero, esto a su vez genera una gran responsabilidad que puede terminar en asuntos legales como fue el caso del Fyre Festival. ¿Conoces algún caso parecido en Ecuador?